. Medellín es la ciudad más innovadora del mundo, oficialmente
En la ladera de la montaña repleta de barrios construidos con tabiques rojizos, de entre el mar de chozas sobresalen las tres secciones de la Biblioteca España de Medellín.
La Biblioteca España se terminó de construir en 2007 y se ha vuelto la tarjeta de presentación de la revitalizada ciudad, uno más de los ejemplos que propiciaron que el Urban Land Institute de Washington la nombrara “La ciudad innovadora del año” en 2012 en una competencia patrocinada por el diario The Wall Street Journal y Citi.
El MetroCable —una forma novedosa de abordar la pobreza en los niveles básicos— se desliza hacia la cima para comunicar a la biblioteca con las zonas circundantes.
“Medellín es una ciudad que se esfuerza para mostrarle al mundo sus capacidades y transmitir sus impresionantes oportunidades turísticas”, dijo María Claudia Lacouture, presidente del grupo comercial Proexport Colombia.
2. Los estereotipos sobre la cultura de las drogas son falsos e insultantes
Olvida tus preconcepciones de una tierra sumergida en la cocaína y perdida en los días de la banda de Escobar.
Aunque los habitantes de Medellín recuerdan que crecieron en un campo de batalla, en el que incluso salir a comprar abarrotes implicaba evadir la violencia, Colombia ya no es un paraíso para los mafiosos.
Aún se mastica hoja de coca en las comunidades rurales y se surte té de hoja de coca para los turistas, pero insinuar que Colombia no ha superado su pasado infame se considera ignorante y grosero.
Colombia ha perseverado, aunque desafortunadamente también lo ha hecho la guerra contra las drogas, que ha emigrado para ubicarse más cerca de su mercado final: la frontera entre Estados Unidos y México.
3. Debes ver Bogotá desde Monserrate
Todas las grandes ciudades tienen un punto de observación perfecto desde el que se puede apreciar su inmensidad. En el caso de Bogotá, ese punto mágico es Monserrate.
Asentado en una montaña que domina la ciudad, Monserrate alberga una iglesia en la que los peregrinos visitan un santuario dedicado al Señor Caído.
Desde la cima, la enorme extensión de concreto gris y rojo de Bogotá absorbe el verde valle que lo circunda; la vista pone en perspectiva la magnitud creciente de esta megaurbe.
Puedes llegar a Monserrate a bordo de un tranvía, un teleférico o (si te consideras un atleta) puedes subir a pie.
4. La seguridad ha mejorado drásticamente
Desde que el expresidente Álvaro Uribe implementó unas políticas controvertidas a través de las que instó a los grupos paramilitares a que se "desmovilizaran" tras el conflicto con las guerrillas comunistas, la seguridad en Colombia ha mejorado enormemente.
La nueva imagen del país ha propiciado un auge en el turismo y ahora se considera que los recorridos en autobús (aunque solo en ciertas rutas) son seguras para los extranjeros.
Es común encontrar personal militar en puntos de revisión a las afueras de las ciudades, pero se trata de una mejora que representa el control que el gobierno tiene sobre el país.
5. Los auténticos colombianos beben café tinto
Colombia es sinónimo de café, así que no sorprende que la bebida matutina tenga tal demanda que varios grupos de mujeres recorran las calles colombianas sirviéndolo.
A primera vista, estas mujeres parecen estar equipadas para exterminar alguna plaga, pero sus mochilas no están hechas para exterminar insectos, sino para servir café caliente.
Inevitablemente te dirán que un auténtico colombiano toma el café negro, o café tinto, como lo llaman.
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